Hoy es un día de transito. Salimos del hotel a las
9,15 ya que el aeropuerto está a 10 minutos andando y tenemos el vuelo a las
10.40. Por la mañana tenemos una agradable conversación con el chico que
trabaja en el hotel, que pensábamos que era el hijo, pero es un asalariado. Es
un amante de surf y su sueño es vivir en Australia. Es de Santa Cruz y se vino
a San Cristóbal porque las olas son mucho mejores. Nos cuenta que en Santa Cruz
hay una playa muy buena para hacer surf, pero que los pescadores van ahí a echar
los desperdicios, atrayendo tiburones de punta de aleta negra y otros más
peligrosos y que ya ha habido algún accidente. Nos cuenta que él estaba
surfeando un día solo cuando vio a un tiburón saltar y comerse un pelícano…. Se
fue asustadísimo y decidió no hacer más surf en esa playa… Nos cuenta que
cuando vienen tiburones peligrosos con las corrientes marinas de los que no son
endémicos de las islas, para que no corra peligro la fauna autóctona, los
guardianes ambientales van y los matan.
El aeropuerto de Puerto Baquerizo es muy “de andar
por casa”, pequeñito (aunque tienen otro en construcción), te llaman por tu
nombre por megafonía para que acudas a la puerta… y por primera vez en la vida
el avión sale 20 minutos antes de la hora prevista!! Se ve que el piloto tenía
prisa y los de megafonía no paraban de llamar a los pasajeros para que fuéramos
al embarque… cuando reunieron a todos, el vuelo partió!
Las vistas aéreas son espectaculares, es una pena que
hay nubes altas y pronto perdemos visibilidad. La compañía Tame un 10. Buen
servicio, buenos aviones, buena comida…. Muy bien. Llegamos a Guayaquil en 1,40
minutos. En el aeropuerto nos tomamos algo para hacer alguna consulta por
Internet (wifi gratis si consumes). Nos vamos a la terminal terrestre, que está
a 2 km
del aeropuerto, pero cogemos taxi por las maletas y nos cobra 4$, caro para la
distancia que es.
Así como el aeropuerto de Guayaquil es bonito,
pequeño y bien organizado, la Terminal Terrestre de Autobuses es ENORME,
caótica y muy estresante. Desde luego la gente se mueve más en bus que en
avión! Nosotras compramos ayer los billetes de bus por Internet para las 3.30
por si acaso, pero sabemos que hay buses a Cuenca cada poco rato, así que nos
acercamos a las taquillas a ver si podemos coger uno antes porque son solo las
2.00. La taquilla es un caos! Muy divertido por otro lado… Ellos son muy muy
bajitos y te sientes gigante entre un tumulto de ecuatorianos intentando
comprar su boleto… Querían llenar corriendo los buses y había un tipo
organizando al personal, a mí me estaban volviendo loca y todo el mundo se me
iba colando… Les pregunto sobre mis billetes comprados por Internet…. ¿qué? Me
dicen… mientras me miran con cara de locos! Boletos comprados por Internet en
esta terminal caótica?? Hasta a mí me suena a risa! La chica de la taquilla me
dice que no venden por Internet y como no me han confirmado el cobro en la
tarjeta, pues yo le creo y estoy dispuesta a pagar de nuevo, cuando aparece un
hombre entre el tumulto de ecuatorianos (entre los que me encuentro) que
quieren comprar su boleto diciéndome: ¿es usted Delia Lacasta? Esta vez soy yo
la que le miro como a un marciano…. Ustedes tienen los boletos pagados:
dénselos, dénselos! Le chilla a la de taquilla…. Aun me hacen pagar 50 cent, no
sé por qué, pero no me preocupo en
preguntar, pago religiosamente y me piro con mis boletos….. qué caos!!!!
De allí corriendo al nivel 2, anden 88. El bus sale
en 5 minutos! Mogollón de gente, que te llevan como en una corriente… menos mal
que tenemos el mismo idioma y te entiendes con el personal, me imagino este lío
en otro idioma y nos las hubiéramos visto…. Por fin llegamos a nuestro anden y
nos organizamos bien, Gemma guarda las maletas y yo subo a coger sitio… son 4
horas de viaje y hay que buscar sitio confortable. Cogemos los primeros
asientos detrás del conductor, como siempre me indica mi hermano por ser el sitio
más seguro. La carretera va a subir del nivel del mar a casi 3000 metros por una
carretera de abundantes curvas.
El trayecto es precioso, primero un valle fértil en
el cultivan muchísimo maíz, plataneros por doquier y algo que podría ser sorgo
y luego empieza a subir las montañas con un paisaje primero muy frondoso, tipo
selva, y que poco a poco va perdiendo vegetación, según subimos en altura.
Llegamos a Cuenca en 3.40 aprox. Nos sorprende mucho
porque es una ciudad muy grande. Pensábamos que sería como la Cuenca española,
pero es una capital de 400000 habitantes.
Nos dejan en la terminal terrestre y allí cogemos un
taxi al hotel (2$). El hotel que hemos reservado siguiendo las recomendaciones
de Tripadvisor es Casa Reyes. Es una casa típica de la zona restaurada. Son
casas muy grandes con un patio interior luminoso. Los chicos que la llevan son
un matrimonio joven que ya tienen 3 hijos y ella está a punto de dar a luz el
cuarto. Como bien dicen las críticas de tripadvisor, son amabilísimos y nos dan
todo tipo de explicaciones. El hotel está bien decorado aunque la habitación es
muy austera y echamos de menos por lo menos una mesa, mesilla o silla para
dejar las cosas. Por lo demás es espacioso, limpio y el baño es nuevo. Nos
cuesta 40$ la noche con impuestos y desayuno incluido. El wifi fabuloso!
Nos recomiendan un restaurante cercano que también
nosotras hemos marcado en la Lonely: El Maíz. Es un restaurante que mezcla la
cocina tradicional con un toque de modernidad a un precio más que asequible!
Nos sorprende mucho porque es una casita preciosa, muy bien decorada, con un
servicio “exquisito”, de los chalequito y máximo respeto y educación. La comida
es excelente en una carta variadísima. Nos tomamos empanadillas de viento, que
son típicas de la zona y que son unas empanadillas llenas de aire y con queso
en su interior, están muy ricas. De segundo Gemma toma quinoto de champignon,
que es como un risoto de quinua con champignon exquisito. Yo tomo quinua
vegetariana también excelente. Todo eso regado con una cerveza negra club
riquísima en mi caso y una “yaguana de mama” en el caso de Gemma. Es una bebida
típica que lleva manzana (a trocitos) macerada en canela y con zumo de mora.
Está muy rico, pero más de postre que de bebida. Bueno, pues todo esto nos cuesta
23$ (las dos). No está mal, no?
Satisfechas nos vamos a descansar.
Así que es muy divertido .....lo de moverse entre gente muy muy bajita.. porque te sientes gigante ¿no?...vale, vale.....Quizá pululasen corriendo y aturdidos los pobrecillos porque sentían temblar el suelo con vuestras pisadas. Seguro que pisaste a alguno y ni te diste cuenta, mira a ver tus suelas señora gigante. Se despide..........una hobbit. Besos...bueno.....microbesos.....
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